El llanto es el lenguaje de los bebés, su única vía de expresión. «Tengo hambre», «quiero caricias», «me duele la panza» pueden ser algunos de los muchos mensajes que trata de comunicarnos cuando llora.
Descifrar la molestia no siempre es fácil, pero lo intentaremos sin ansiedad y con mucha calma…¡Lo que menos necesita es que le trasmitamos nuestros nervios!
En el primer trimestre no es raro que los bebés lloren siempre de tarde, y que no sea fácil calmarlos. Algunos lo hacen porque tienen cólicos a esa hora, otros simplemente expresan así el trabajo que les da adaptarse a tantos estímulos nuevos cada día. Nuestra función será intentar calmarlo, con voz suave, movimientos suaves, masajes…
El llanto persistente de los bebés puede ser muy irritante. Cuando sentimos que nos es imposible tolerar el llanto, lo más razonable es dejar al bebé seguro en su cuna, alejarnos, y pedirle a otra persona que se ocupe de él o ella en ese momento.
Sentir rabia no nos convierte en malos padres, pero no deberíamos trasmitírsela al bebé. Si los sentimientos de rabia e irritación se mantienen, se puede pedir consejo y ayuda.
Bibliografía: ¿Mucho, poquito o nada? Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad – UNICEF.